[post_page_title]Es una broma[/post_page_title]
Michael no podía creer lo que estaba viendo. Sabía que sus padres no estaban contentos con él y con su actitud, pero jamás se le había ocurrido que podían llegar tan lejos: tomar acciones legales reales para forzarlo a dejar su casa. Decidió que ellos seguramente bromeaban y no accedió a lo que se le pedía.
En lugar de juntar sus cosas y marcharse, se quedó exactamente donde estaba. Pasaron los días y los Rotondo le alcanzaron 3 notas de desalojo más. ¿Cómo continuó la historia?