[post_page_title]La Llave Maestra[/post_page_title]
Atónito, él no podía permitir esta situación. Estaba gastando sus ahorros por mantener dos apartamentos. Y uno de ellos ni siquiera lo estaba habitando. Sin embargo, su ex lo ignoraba sin intención de cambiar el contrato de arrendamiento.
Aún tenía una llave del apartamento, y decidió aparecer sorpresivamente una mañana justo en un momento íntimo. Entró sin golpear la puerta, recordándole que todavía era un inquilino legal, y que estaba en su derecho de entrar. Ella se enfureció y si quería detenerlo, sabía lo que tenía que hacer.