[post_page_title]Las cosas empeoraron[/post_page_title]
Ahora ya no había vuelta atrás. Jenn tenía que hablar con su marido. Entonces, mientras cenaban, tuvo lugar una pelea doméstica a raíz de estos mensajes. Las cosas volaron por el aire. La enfermera tuvo que agacharse para no recibir golpes de platos.
Parecía que a su esposo no le gustaba que se lo cuestionara. Las cosas se pusieron violentas y en cierto punto, la mujer se encontraba acostada en el piso y su marido tenía sus manos sobre su cuello. Ella entendió que todo se había salido de control.