[post_page_title]La acompañó durante la transacción[/post_page_title]
Lindsay comenzó a mostrarle a la madre de acogida cómo era que se usaba esa tarjeta. La pareja en la fila se seguía riendo de lo que estaba pasando. Ni siquiera se tomaban la molestia de ocultar su grosera actitud, ya que se reían en voz alta de modo tal que todos alrededor pudieran escuchar que se estaban burlando.
Mientras tanto, Lindsay le explicaba a la mujer que no era necesario que separara cada artículo, ya que la computadora lo hacía por sí sola al final de la transacción. Finalmente, la madre de acogida pudo pasar la tarjeta y concretar la compra para que los niños pudieran tener la ropa que estaban necesitando.