[post_page_title]Una mirada fulminante[/post_page_title]
Además de tener que lidiar con cinco niños mientras intentaba averiguar cómo funcionaba la tarjeta, la mujer tuvo un problema más encima. Al parecer, las prendas que había seleccionado todavía tenían sus bolsas de plástico y con el tiempo, estas se fueron pegando un poco con otras bolsas, haciendo que la separación de éstas sea un poco complicado.
Lindsay se dirigió hacia donde estaba la mujer para intentar ayudarla, pero antes se tomó un momento para lanzarles una mirada fulminante a las dos personas de la fila, los cuáles no hacían más que burlarse de la pobre mujer. Ahora decían frases como “ahí es a donde va a parar el dinero de nuestros impuestos”.